viernes, 2 de abril de 2010


Mujica Lainez / Una de las esculturas del Jardin de los Monstruos
que sirviera de inspiracion para una
de sus obras maestras: Bomarzo

Sobre Mújica Lainez: El Antiguo Oficio de Crear Fantasías y Sueños Perpetuos

Si tendría que elegir un escritor para llevarme sus libros hacia una isla desierta, sin duda seria a Manuel Mújica Lainez, Manucho es poco menos que un artista de la palabra, de esos que ya no existen hoy en día, cotidianamente lo que se narra se dice casi coloquialmente, y no esta mal hacerlo por cierto, no hay que renegar de los tiempos que vivimos, sin embargo esa es quizá la diferencia entre un genio y un escritor.
La infancia de Mújica Lainez estuvo aunada a los libros, hijo de Manuel Mújica Farias y Lucia Lainez Varela y su abuela Justa Varela de Lainez y sus tías entendían de temas insólitos y les gustaba narrarlos. Pero el formar parte de una familia como la de Eleuterio Santos Mújica y Covarrubias, descendiente nada menos que del fundador de Buenos Aires Juan de Garay, lo mudará en un niño muy especial. Los relatos que surgían de tradiciones familiares vinculadas a personajes de la historia argentina, mas que en su propia prosapia ya habían existido otros escritores como por ejemplo Juan Cruz Varela, poeta neoclásico, o Bernabé Láinez Cané. Por otra parte Florencio Varela otro integrante de su familia fue uno de los mas notables periodistas de su tiempo.
Manucho tempranamente demostró su vocación por las letras, escribirá siendo casi un niño, una comedia y de su adolescencia (se educo en la Ecola Descartes de Paris) quedo como recuerdo una excelente poesía. También de esta época data una novela titulada Luís XVII escrita en francés, que contaba con 9 capítulos, aquí comienza una historia increíble, porque Mújica Lainez retomara 25 años después esa misma historia para digamos completarla, aunarla, cerrar el circulo, una historia que lo sedujo desde siempre de el tan celebre Delfín de Francia, que según se pudo saber, le facilitaron la huida, y dejaron en su lugar a un niño enfermo, según esa suposición, luego de la caída de Napoleón I trataron de hacerlo pasar por el rey decapitado. En -La Escalinata de Mármol- de su libro Misteriosa Buenos Aires se deja entrever que el Delfín, ese poderoso hombre de sangre azul en realidad murió ignotamente bajo el nombre de Pierre Benoit.
Después de que cursara estudios en Francia, Mújica Lainez partirá a Londres y después regresara a Bs. As. para completar sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de San Isidro. Intentara cursar en la Facultad de Derecho pero jamás terminara su carrera. Dejándolo todo por su pasión a las letras, se dedicara al periodismo en el Diario La Razón y luego en 1932 en la redacción de un Diario emblemático La Nación.
Por cierto que ya es historia que Mújica Lainez había escrito a sus 18 años, 4 cuentos y algunos relatos y a sus 24 años una novela llamada Don Galaz de Buenos Aires, mas adelante llevara a la publicación Glosas Castellanas, que remite a el Quijote y tres de sus mas celebres biografías de escritores de Miguel Cané (padre). Hilario Ascasubi y Estanislao del Campo. Después vendría Canto a Buenos Aires, libro en versos y Estampas de Buenos Aires en prosa.
Se casara con Ana de Alvear Ortiz Basualdo que prácticamente será su sombra en toda su carrera.
En 1949 a sus 40 años da a conocer uno de los trabajos que lo llevaría hacia la cima de su carrera Aquí Vivieron obra que lleva como subtitulo Historia de una Quinta de San Isidro, donde haciendo uso de su exacerbado conocimiento histórico le pone voz y sentido a personajes que viven y mueren en un lugar que es casi el corazón de un Bs. As. siempre secreto para Mújica Lainez que va desde 1583 hasta 1924. Al año siguiente volverá a sorprender al mundo de las letras con su Misteriosa Buenos Aires una de sus obras maestras donde va encadenando sus cuentos escenificados en Las Barracas, de San Isidro abarcando con estos 4 siglos de historia argentina. (8 de sus relatos son sobre la época de la colonia, y los demás ya en la Argentina independiente).
Su temática principal son el tiempo y la decadencia como el eje central que edifica cada una de sus obras. En realidad en Mújica Lainez podemos encontrar los choques inauditos de la fantasía con la realidad, las alucinaciones, los espectros, fantasmas, hechicerías propias de cultos africanos, amores ambiguos y prohibidos, odios irracionales, y resentimientos.
Explica casi modestamente como anida la codicia en los gestos menos buscados, la lujuria, el amor que puede ser y nunca es, la crueldad, la maldad, y entonces como una niebla que se avista en la distancia el lector nota que puede perderse en la bruma, es lo sobrenatural que impregna toda su obra.
Sus cuentos son inesperados, sorprendentes, directamente te sacuden y tiran al piso sin posibilidades de incorporarte. Sabe donde tiene que ir la palabra, evocadora, justa imperceptible, el realismo cuando se manifiesta nunca es directo, se aleja de la crudeza y aprecia la belleza aun en lo terrible. Poseía Mújica Láinez esa percepción de dar credibilidad a un clima histórico, con una rigurosidad impecable, se sostiene todo su lenguaje en una construcción literaria aparentemente meticulosa, pero a la vez deja libradas las riendas de la imaginación, al lector. Juega a la ironía y se regocija de ello.
Cada uno de su temas es un arma de doble filo, el menoscabo provocado por el tiempo, las cosas que brillan y de pronto parecen seguir igual pero hay algo que es invisible que desespera a sus personajes, dramas que de a poco se hacen evidentes y la amenaza de los objetos, que están allí como testigos mirando como se deshace un destino y de nuevo la pasión adolescente entremezclada con lo que parece ser el final, el amor como una prioridad en el hombre y que a la vez no puede dominarlo, porque seduce, y se marcha o vuelve y se desangra.
Desde 1953 hasta 1957 Mújica Lainez no dejara de publicar un solo año, aparecerán entonces Anteojos Azules, Los Ídolos, La Casa, Los Viajeros, Ultima Navidad del Escribano, Invitados en el Paraíso.
Hacia 1962 convertido en un escritor de nivel internacional publicara Bomarzo esa poderosa construcción literaria a cerca de La Villa de las Maravillas o el Parque de Los Monstruos ese resquicio cerca de Viterbo, Italia. Antiguo dominio de los nobles Orsini, donde magistralmente Mújica Lainez reconstruirá la vida de Pier Luigi Orsini, que con todo el poder y la riqueza, su condición de ser un enfermo de escoliosis (jorobado) lo llevara a la melancolía y la soledad la misma con la que creara ese jardín que se pude parecer al infierno o a un cielo inenarrable. El jardín que el aristócrata encargara a Pirro Liborio, el mismo que continuara los trabajos monumentales en San Pedro después de la muerte de Miguel Ángel. De este trabajo nacerá una de las mas bellas operas, premiadas en el mundo y estrenada por primera vez en Washington en 1976.
Pero posteriormente del éxito de Bomarzo cuando parecía que Mújica Lainez había llegado a tocar el techo de su creatividad, seguirá con El Unicornio, La Mascara Japonesa, Crónicas Reales, su tan famoso de Milagros y Melancolías, Variaciones Sobre un Tema Policial. Ya en la década de los setenta, saldrá a luz: Cecil, El laberinto, El Viaje de los 7 Demonios, Sergio, Los Cisnes, El Brazalete y Otros Cuentos, sin duda que nada es como antes después de acercase a la obra de un genio, lo misterioso esta al alcance de la mano, eso que muchas veces llamamos insólito, lo que no puede obedecer al orden convencional.
Hacia los años 80 publicara Hechos y Personajes de Buenos Aires, una de sus últimas obras que rápidamente alcanzaran la mayor de las ventas, El escarabajo y Un Novelista en El Museo del Prado.
Entre sus premios más importantes podemos mencionar: Premio Nacional de Literatura de 1963. En 1982 la Legión de Honor a las Artes y Ciencias del gobierno Francés y fue nombrado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1984 el mismo año de su muerte.
No queda mucho por decir o quizá todo acerca de la vida y de la obra de un escritor como pocos en el mundo, cuya obra fue traducida a disímiles idiomas, periodista, critico de arte, traductor de los Sonetos de Shakespeare y de obras de Moliere, entre otros y artista consumado en el antiguo oficio de crear fantasías y sueños perpetuos...